domingo, 1 de julio de 2012

Ganar, gustar y golear

La discusión es eterna: ¿qué aporte ofensivo puede llegar a hacer Maxi si lo mandamos de tres? Menos que si está de volante, eso seguro, o no tanto; también podría verse de otra manera: que sus subidas por sorpresa son las que en verdad más lastiman.

Eso fue, justamente, lo que pasó hoy.

En tres cuartos de cancha le sirvió de descarga a los medios y armó una linda pared con el Gabo. Todo por la banda izquierda, por donde nos acostumbra deleitar con su zurda y sus trancos de gacela. Ahí tocó, desconcentró a los rivales, retuvo y volvió a tocar con el Gabo, que amagó que encaraba para el arco pero que finalmente pisó la bocha y levantó la vista.

Y ahí me vio.

Estaba por detrás, no sé si levanté la mano o no, si le grité que la pase o no, pero la cuestión es que me vio. Me vio y tiró un centro perfecto, llovido y unos centímetros hacia adelante, cosa de que el cuerpo necesitase inclinarse para darle precisión y fuerza al frentazo.

Así fue.

La pelota al defensor lo sobró y quedó dispuesta para el juicio final. Con una especie de palomita extraña, el cuerpo se elevó y como sosteniéndose en el aire unos instantes -que parecieron eternos- impactó al balón con la cabeza. Esta, por la velocidad, parecía dispuesta a atravesar hasta la propia materia del arquero, pero no hizo falta. Gol. Fue el uno a cero y ahí el partido tomó otro color.

Es que con el 1 a 0 las cosas empiezan a jugarse de distinta manera.

El rival continuó irregular, cansino, torpe así que La Probeta desplegó toda su magia. Faltaba Botta, pero no se notó. Después, increíblemente, otra jugada entre el Gabo y quien escribe terminaría con el segundo tanto. Parándose como enganche, después de varios toque va toque viene, recibió y levantó la cabeza. Y ahí le grité que la tire, que estaba y que!!!

Y ahí fue cuando la largó.

Entonces corrí, corrí como nunca, aprovechando los trancos, y pasando por detrás del defensor que ante el pase consumado nada podía hacer para revertir la situación. La pelota picaba, me perfilé, apenas la toqué con mi pierna derecha, y la jugada se abrió. El arquero quedó pagando y el balón esperaba un remate. Entonces fue ahí cuando descubrí la zurda. El botín acompañó el trayecto y gol.

Simple y curiosamente gol.

Nadie lo podía creer. Pero faltaba más. Ya en el segundo tiempo, el Mati que hoy llegó tarde y comió banco todo el primer tiempo, entraría como un campeón por la derecha y quedaría sólo frente al arquero. Sin embargo este, achichando fuera del área, ante un quiebre de cintura de nuestro defensor-revelación hoy mediocampista, lograría tocársela y evitar su remate. Pero la pelota, para su desgracia, terminaría picando por ahí así que nuevamente, el pedido "¡Dejala!" y nueva, sencilla y más curiosamente todavía: GOL.

Como frutillita del postre, Pipa, que hace mucho no venía pero que verdaderamente hoy la rompió, ante la victoria que se acercaba subió como nunca y se quedó en el área; tras un remate del Maxi, que casi moja -que viene buscando el gol hace rato y que ya va a venir-, el arquero dio rebote y la pelota quedó boyando. Y Pipa, el más enano de todos, inexplicablemente saltó y acomodó la pelota en un ángulo. Gol y paliza.

Ganar, gustar y golear. ¿Hace cuánto no se daba, eh?, pregunta La Probeta que así se prendió al campeonato.

3 comentarios:

Jeremías dijo...

Impecable. Y ahora que hacemos el colo y yo? Cagamos el puesto, me parece. Por lo que me dijeron, fue una sinfonía lo de hoy. Parecido al España - Italia que vendría más tarde.

Abrazo de gol.

LeaN BuKa dijo...

Jaja, que buen relato. Felicitaciones por la goleada y tus goles.
Y por lo que veo a todos nos han cambiado cierto formato en Blogguer.

Otro abrazo de gol

Florci dijo...

Cómo disfruto tus relatos futbolisticos, extrañé leerte estos dias, Darito.
Me sumo a los de arriba, abrazo de gol.