domingo, 23 de diciembre de 2007

Tosco

Tosco a la hora de relacionarse, duro con las palabras, torpe físicamente, no parecía un gran muchacho. Simple y discreto, pasaba sus días a la par de su insignificante grupo de compañeros, quizá generosamente denominados por él como verdaderos amigos. No gustaba de ninguna actividad; no tenía planeado un futuro ni un ideal; solía afirmar que aún tenía tiempo para pensar, mientras este avanzaba a la par de sus días, permaneciendo invariable su razonamiento. Quizá nunca le importó el tiempo, ni sintió el paso de este como algo negativo y contraproducente. Él vivía de esa manera, y así lo quería, o acaso no vislumbraba alternativas. Probablemente esta carencia de dilemas en sus días hacía de ellos unos tristes y vacíos.

Toleraba su soledad, pero no la perseguía. Siempre creyó falsamente en sus pares, e hizo oídos sordos a lo que algún mayor, cercano o no, podía sugerir, recomendar o quién dice aconsejar. Siguió en la suya, pero el tiempo insistía. Pronto estas sugerencias, insinuaciones, se fueron convirtiendo en pedidos, indicaciones, en advertencias. Como era de esperarse, el muchacho no tomó para bien estas observaciones, las que consideró innecesarias e injustas. Prefirió hacerse a un lado, a enfrentar el problema. Fácil desición. Nunca se caracterizó por ser hábil en el sorteo de ningún tipo de obstáculos, ni de los fáciles ni de los más engorrosos. Prefería echarse a un lado. Grueso error.

Al contrario, se encerraba cada vez más; y lo sabía… pero una mezcla de orgullo e incertidumbre hacía negarlo todo. El nudo se hacía cada vez más grande; su dificultad para corregirlo también iba visiblemente en aumento. Cualquiera lo notaba. Era preso de su poca convicción, sus inseguridades. Si alguna vez sus efímeras virtudes alguien intentaba destacarlas, él se encargaba instantáneamente de encubrirlas, en un proceso que ni él entendía: su humildad rozaba lo absurdo, por demás exagerada; su pasividad, cercana a la necedad, parecía hundirlo; su abstinencia, además, demostraba su inmadurez y creciente cobardía.

Por supuesto él no era así por deseo; no era su culpa, o no enteramente. Recibió el trato desde niño, tanto de su familia, como de sus más cercanos. Su familia no era la más unida, ni mucho menos un ejemplo. De estratos bien distintos, no coincidían en mucho. Tampoco en poco, pero al parecer no era lo suficiente. Padre y madre no lograron nunca mantener una relación estable. Inteligentes ambos, optaron por la separación, siendo su hijo apenas una criatura. Así forjó su insípida personalidad, tanto emocional como intelectual. Su identidad fue desarrollándose a la par de las circunstancias; siempre en riesgo de perder su irrisoria estabilidad.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Presentación

Simplemente el blog es para ir archivando y guardando textos, borradores, bocetos, cosa de no perder algunas cositas que están buenas para seguir pensando y repensando un par de veces. Obviamente está bueno que gente desconocida pueda leer y se interese por algunas de estas boludeces y pueda criticar, putear o lo que sea, pero la intención no es esa porque creo que es imposible. Aunque persiguiendo esta idea, esta te obliga a terminar los textos y no perderlos por el camino. Eso es un lindo incentivo.

Cuentos, cuentitos, anécdotas, descripciones, ideas, frases. A uno siempre le agarra en algún momento, en alguna situación, las ganas de plasmar lo que vive, cree o siente en palabras. Quizá uno escribe simplemente para no perder esa sensación y para no olvidar la misma fácilmente, o quizá con afan de ganarse a cad... digo, o quizá con afán de poder escribir algo atractivo, estético, que pueda ser leído por otros y hacer pensar en esa misma sensación, que produzca ese mismo efecto que le sucedió a uno. Quizá uno escribe por una mezcla entre ambas. Creo que cuando se logra combinar estas dos, significa que uno está haciendo las cosas bien y va por buen camino, y puede sin miedo soltar la pluma, dejar fluir sus ideas. Igual, la mayoría de las veces uno termina por soltarla completamente y ponerse a hacer otra cosa.