miércoles, 25 de abril de 2012

El reencuentro

Ella se acerca despacio, me mira con la cabeza gacha, casi con verguenza pero con dulzura. Pícaramente.

Siempre fue introvertida, de pocas palabras, ¿o es que es así sólo conmigo? Conmigo nada más que debo ser una de las personas con las que más confianza tiene, o tuvo. La conozco, ella también. Desde pequeños. Entiendo sus ojos; ella los míos. Sus miradas, sus expresiones. No hacen falta palabras. Está algo triste, se nota. Un poco sola, quizás. Un poco vieja, no sé.

-¿Cómo estás? ¿Me extrañaste?- le pregunto luego de darnos un abrazo sincero y de intercambiar sonrisas tiernas, con el mismo tono, con la misma ternura, que años atrás.

Sin embargo, Laila no responde.

Ni hace falta. Sólo frunce sus ojitos y se entrega como antes, como nunca, a una de esas caricias por detrás de la oreja que tanto le fascinan.

domingo, 15 de abril de 2012

Nadie lo sabe, nadie lo vio

Y de repente desaparecí. No yo, todos los del bondi. Mi celular se queda sin señal, empieza a perder sus textos, sus números, la hora -ya no hay, nadie la sabe-, se apaga lentamente. Nadie pronuncia palabra. Nadie puede, nadie quiere. Nunca existimos, nadie nos recuerda. ¿Fuimos felices?

Y alguien intenta entrar a foco-manual, pero la página no existe. "Lo sentimos, no se ha encontrado el blog" y más abajo: "El nombre está disponible para registrarlo", y quizás hasta alguien lo registre y suba su primer posteo. El libro que escribió el hombre sentado solo en el tercer asiento ya no lleva su nombre. Es anónimo. La casa que hizo el arquitecto, que dudó en bajarse una parada antes pero no, ahora es una torre de 14 pisos.

Y en las fotos del secundario no estoy más. Nunca estuve. Nadie lo sabe. Allí, en la tercera fila, solo hay cinco personas; a la izquierda, donde antes estaba, donde antes era, solo hay un espacio vacío. Mis amigos, mis ex amigos, sonríen para la foto, igual que antes; casi como antes.

Y mi madre, que ahora tan solo es una mujer adulta, le pregunta al que hubiese sido mi padre, o no, no lo sé, qué hace esa foto de ella desnuda y enmarcada en la mesita de luz. Él no entiende. Deciden tirarla. No saben que antes en esa foto estaba yo, adentro de una panza de siete meses casi a punto de nacer. Yo, que nunca fui ni soy.

Y ellos son otros.

miércoles, 11 de abril de 2012

Mi advertencia

La que era tiempo atrás ya no soy. Soy otra. Estoy herida, atravesada. Miro extraño, duermo incómoda -casi ni duermo-. Mis ojos no brillan hace tiempo, y aunque esto no lo vea, lo sé, lo siento. Estoy apagada. Quiero, intento, pero hasta abrazo de otra manera. Es que tengo un vacío. Es que lloré, lloré demasiado y en esas lágrimas se me fue parte de mí. Fueron muchas, demasiadas. De golpe. Sin aviso. Sin cuidado. Y ahora estoy, a medias. Sonrío poco y cuando lo hago me siento fría. No importa cuánta gente tenga a mi alrededor, no importa cuántos llamados me hagan mis amigas ni cuántos consejos me den, estoy sola... O casi. Soy yo y mis fantasmas que aparecen una y otra vez. Así que teneme tiempo, abrazame sin pedirme permiso, ni perdón. No esperes mucho. No esperes nada. No tengo nada para ofrecer: tan sólo este vacío y esta sonrisa que me cuesta.

martes, 10 de abril de 2012

Una fuerza extraña



"Por isso uma força me leva a cantar,
por isso essa força estranha no ar.

Por isso é que eu canto, não posso parar.

Por isso essa voz tamanha..."

¡Feliz cumpleaños, maestro!