viernes, 17 de junio de 2011

Idas y vueltas

Le dijo "te amo" y ella lo miró fijo a los ojos. Dudó. Pensó: "Es un capricho, como siempre".

"No es el momento", sentenció, en voz alta, mientras se preguntaba por qué no le pedía que se vaya detrás de él, si era sólo eso lo que esperaba.

Tiempo atrás él le había dicho todo. Todo lo que sentía y lo que le impedía arrojarse a sus brazos: "Si estoy con vos no es para joder, es para estar tres años, toda la vida...", le había dicho. Lo que se había animado a declararle hoy, ese "te amo" tan díficil, tan postergado, lo sentía en ese entonces, pero ¿cómo iba a decírselo cuando quería estar con otra persona? Había preferido callar. Ahora, ¿Cómo entender que ella lo diga así, como si nada, como una simple respuesta? Algo no empezaba a cerrar.

"Hoy decidís vos", le dijo, aunque con ternura y sin tratar de acorralarla. Ella no estaba acostumbrada a eso, pero en ese momento era feliz, y no quería dejar de serlo. Ni equivocarse. Ni volver a equivocarse. Sonreía, cosa que no hacía hace rato. Se reía. Eso era mucho.

"Yo también te amo, ¿qué hacemos?", se mostró confusa. "Él es muy bueno", agregó. Y allí sí: no había más nada que hablar. ¿Por qué forzar las cosas? ¿Para qué?

Él sentía que había dicho y hecho todo. Quizás no. "Entonces, ¿chau?", se preguntó, y, casi sin querer, ella lo escuchó. "Será en otro momento", dijo él, con alguna fuerza interna que no sabía bien de dónde sacaba. O quizás sí sabía. Le había hecho mucho mal, la había hecho doler. Era hora de que le tocase, finalmente, a él.

Intentó mostrarse decidido, saludó con un beso y caminó. Dobló en la esquina y se sentó en la oscuridad de un edificio: ¿por qué había dicho que no estaba bien con su novio? Esa era la única cuestión que, creía, quedaba en el tintero. ¿Había algo más que terminar una relación y decirle que la amaba?

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