jueves, 26 de mayo de 2011

La abuela Chichita

Empezó a tener problemas para escuchar hace rato... O eso creía mamá.

Con la abuela costaba hablar por teléfono, costaba mantener una conversación. Con ella ya no se podía hablar, se quejaba. Mi vieja directamente dejó de llamarla cuando ya ni con gritarle se entendían. Chichita, afirmaba ella, a cada frase respondía "QUÉE". O, peor, hacía la que entendía sin entender un carajo, y eso era lo que más le molestaba. Era hablar con la pared, "hablarle a la nada", repetía indignada.

Dudó mucho tiempo en decírselo a su hijo hasta que un día, nostálgica de esas buenas charlas largas, ravioles mediante con la abuela, se animó: "Sergio, ¿no crees que tu madre debería usar un audífono? No se le puede hablar".

Sergio, sin contestar, pasó el dormitorio, el baño y el comedor alejándose de la abuela, se fue hasta la otra punta de la casa y, desde allí, a unos cuantos metros habló: "Te traje los 500 dólares que te debía".

Ante la sorpresa de Laura, Chichita, que se fascinaba con uno de sus sobrinos en la cocina, giró la cabeza y respondió: "¡¿En serio me los trajiste?!". Sergio volvió y se rió con Laura: "¿Viste? El problema no es del oído".

Sergio era psiquiatra; sordera selectiva le llamaba a eso.

4 comentarios:

Jr. dijo...

JAJAJAJA mi abuela!!!

Arlequin dijo...

"O, peor, hacía la que entendía sin entender un carajo".. Jajaja, no era solo mi abuela entonces?? xD
Igual yo lo aprendí de ella y lo hago ahora, de joven jajajaja

Anónimo dijo...

Historia real: un señor se estaba quedando sordo. Su esposa insistía en que debía consultar a un otorrino. Cuando entró al consultorio dijo literalmente "Vengo porque mi mujer me dice que no la escucho... no sé si tengo un problema físico o de pareja". No hizo falta audiometría.

Sarit dijo...

Por guita baila el mono,
que linda forma de narrar tenes !
Buen comienzo de semana (: