viernes, 1 de agosto de 2008

Desencuentro

Por ahí somos muy diferentes. Opuestos, quizá. Nada parecidos. No compartimos ni el mate, ni la comida, ni la música. Ni la personalidad, ni el presente, ni los sueños. Ni un pasado común siquiera. Nada. Todo indica que es cuestión de chocar contra una pared y distanciarse, como puede suceder.

Eran de ambientes diferenes. Nadie hubiese arriesgado nada por ellos. Formas de ser incompatibles. No compartían una conversación. Discentían en todo. Que uno blanco, que el otro negro. Se peleaban, llegaban a sufrirse el uno al otro. A dudar de la relación que construían. A dudar de la sinceridad del otro. Todo olía a despedida. A desencontrarse, una vez más y para siempre.

Pero su sonrisa puede unir cualquier cosa. Por eso es que quizá te quiero. Sólo por tu sonrisa. Que no es poco.

1 comentario:

locucho dijo...

No debería comentar, lo considero una "irrupción", pero quería hacer notar que al leer esto, sonreí de alegría ajena, o sea, de alegría.