jueves, 7 de junio de 2012

Misterioso crimen de un importante empresario

La víctima, de 56 años, fue encontrada ayer apuñalada y sin vida en su mansión. Aún no se conocen las causas del asesinato y hay un único detenido: el mayordomo. La policía sospecha de su esposa, que por el momento permanece prófuga.

Miembros de la policía encontraron muerto de una apuñalada ayer al poderoso empresario industrial Edgardo Talamonti en su finca en la localidad bonaerense de Bernal, partido de Quilmes. Las mayores sospechas recaen sobre su esposa, Bárbara Ranegas, quien por el momento se encuentra prófuga.

Fue recién alrededor de las once de la noche cuando, tras haber recibido un llamado anónimo, la policía se presentó en la mansión y encontró a Talamonti apuñalado en su sala de estar en el segundo piso, desplomado en su sillón y sin aparentes signos de haberse resistido. Según los médicos, el crimen se había producido unas dos o tres horas antes.

“Las causas del hecho aún permanecen inciertas”, declaró el jefe del operativo a cargo de la investigación Marcos Sotomano, quien señaló que extrañamente no hay indicios de violencia en toda la casa. “Incluso, la puerta no había sido forzada”, agregó, “lo que indica que el asesino forma parte, muy posiblemente, del círculo íntimo de la víctima”.

Además, los perros no ladraron y el mayordomo, cuyo único día de descanso era ayer, no se encontraba en la vivienda.

Unas pequeñas gotas de sangre que comienzan desde la entrada, suben hasta la escena del crimen y luego se repiten hasta la salida para perderse en el bosque de robles próximo a la finca son la única pista con la que cuentan los investigadores. Estas, a su vez, consolidan la hipótesis de un asesino cercano, ya que prueban que el delincuente no dudó y se dirigió desde un primer momento hacia el segundo piso, donde sabía se encontraría Talamonti a esa hora. “Gotas como de una lastimadura que traía consigo el asesino y que hoy están siendo analizadas”, deslizó Sotomano.

Así, todas las hipótesis del crimen recayeron sobre su mujer, quien todavía no fue encontrada por la justicia y es intensamente buscada, aunque los médicos señalaron un dato que contradice y complejiza dicha posibilidad: “La profundidad de la herida es tal que es imposible que haya sido realizada por una mujer”, declaró uno de los peritos.

Los vecinos, consultados por este diario, curiosamente no se mostraron sorprendidos por la noticia, aunque sí angustiados. Uno de sus mejores amigos, que pidió ocultar su identidad, sentenció misteriosamente que todos sabían que esto podía suceder: “Incluso él ya nos hablaba como si nos fuéramos a ver nunca más...”.

Otro, sobre la culpabilidad de la esposa, señaló: “El matrimonio no estaba bien; ella decía que estaba cansada de que él se refugiase solamente en la lectura”.

El mayordomo, hoy único detenido, reconoció haber discutido con el poderoso empresario por la tarde, pero defendió que aquello no tenía nada que ver con el hecho y apuntó hacia la mujer: “Todos sabíamos que esto en algún momento iba a suceder. Talamonti estaba consumido por los negocios y su relación con Bárbara era cada vez más distante”.

Personal de Inteligencia mencionó más tarde que en la escena del crimen el único elemento fuera de lo común era un libro de cuentos que aparentemente habría estado leyendo el empresario al momento del asesinato. Sin embargo, mientras la policía descartó esto como un dato irrelevante, algunos consideran lo contrario: “Que Edgardo estuviese leyendo Contuinidad en los Parques no puede ser casualidad”, opinó una fuente anónima.

3 comentarios:

Ayelén B. dijo...

increible, realmente. nunca leí algo que me cerrara tanto al final. te felicito, y ese cuento que elegiste para inspirarte es excelente.

Florci dijo...

Nada es una casualidad, nada. Todo pasa por algo, todo es causal.
Cariñitos, Daro!

LeaN BuKa dijo...

Muy bueno, che; bárbaro. Y un cuento excelente ese.