Me acuesto y sin más me pincha los pies, las muñecas y las tetillas. Luego da vuelta con la silla y comienza a manejar el aparatito. Me da risa el frío de los "cables", pero la evito a toda costa. La médica aprieta un botón y manipula unos papeles. El electrocardiograma apenas tarda unos minutos.
Al rato, para mi sorpresa, me entrega un rollo de papel en donde aparecen gráficos de líneas rectas que por momentos, y en idénticos períodos, suben hasta arriba de todo abruptamente para luego volver a caer.
-Ya está
-¿Está todo bien?
-Sí, está todo normal. Vaya nomás
Era obvio, lo sospechaba desde un comienzo: la medicina y la ciencia moderna no iban a percatarse de este corazón roto en mil pedazos. Médicos...
2 comentarios:
Los médicos les tienen pavor a los electrocardiogramas... dicen que nunca se ha visto ninguuno de ellos. Secreto profesional, dicen...
ay!
no!
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