lunes, 13 de diciembre de 2010

Un buen pescador

Un buen pescador es más que un tipo que saca muchos pescados. Es decir, es eso, pero también mucho más. Es un tipo tranquilo, que sabe apreciar paisajes y silencios. Un tipo que se mueve despacio, de movimientos sutiles y casi imperceptibles; una sombra en el bote y un árbol más en la orilla.

Él y la caña deben ser uno. Su tanza, una extensión de su mano; su señuelo, su disfraz. El dedo gordo, ultra sensible para sentir la carnada siendo acechada por una presa momento clímax de la cuestión, es clave, así como una buena vista, unos buenos anteojos de sol y una gorra que cubra las orejas del sol implacable del mediodía.

Sin paciencia no será nada ni llegará muy lejos quien se aventure al arte de la pesca. Pero sólo con ella tampoco; el buen pescador debe saber que se puede serlo sin sacar nada ni tener un puto pique en toda la jornada. Debe saber lo debe tener bien en claro que luego de la misma quien en voz alta haga alarde de la cantidad de pescados que sacó es, en verdad, el mayor de los papanatas y, en todo caso, sólo un intento de pescador que no merece mayor atención ni consideración. Porque, ante todo, un buen pescador debe mantener su humildad sin hacer alarde de ella.

La exageración es una propiedad posible, pero no implica nada ni es determinante. Quien lleve a cuestas el título de pescador, deberá buscar el éxito para comer, o, en todo caso, devolver el pez al agua. "Matar para comer" debe ser su lema. Además de todo lo dicho, una heladerita con hielo, una cerveza 3/4, y un poco de fiambre son esenciales, así como unos buenos panes de panadería, frescos del mismo día. Por último, una vieja y oxidada navaja una victorinox quizá cuyo precio sea mínimo pero cuyo valor simbólico tienda a infinito es condición inseparable.

Pero hay algo que todo buen pescador no puede nunca prescindir, algo con lo que estará eternamente atado: su suerte.

2 comentarios:

Arlequin dijo...

Me recuerda a las "instrucciones" de Cortázar esta explicación tan detallada de lo que es ser un "buen pescador".
Y la descripción del buen pescador me recuerda para pescar cualquier presa ansiada en la vida, se debe tener paciencia, buen ojo, prestar atención, ser humilde, y sobre todo, tener un poco de suerte (:

Anónimo dijo...

Y las lombrices regordetas!
Me encantó. Como dijeron arriba, a mí me hizo acordar a un texto de Cortázar que daba instrucciones para ponerse un reloj. Fijate, te compararon con Don Julio ;)
Te voy a extrañar compañero, más que nada las charlas de subte jajaja. Salud!