sábado, 11 de julio de 2009

I

Una etapa en donde cada paso deja su huella, cada avance deja su marca y su sendero, su sinuoso camino; cada frase se repite una y mil veces, se queda y se va, pero vuelve, siempre vuelve. Vuelve con más fuerza, con mayor intensidad. A veces se va, pero sólo por momentos. Queda como guardada en un rincón viejo y olvidado, porque viene otra, y así otra y otra, hasta que aparece una nueva, que la suplanta y se ubica por encima, momentáneamente. Se suceden. Se suman y forman una mezcla de voces, susurros y letras que crean un pensamiento único e irrepetible. También hay miradas, que se cruzan, que se encuentran, que se hacen próximas, pero luego se alejan y se distancian. Casi que desaparecen. Pero están. Son pasado y presente. Y aparecen nuevas, nuevas y más coloridas miradas. Hay amistades, poemas, letras, historias, mujeres. Todo se mezcla, viene y va. Y uno recuerda; no elije, sólo recuerda aquello que, como por arte de magia, se ha fijado en su memoria. Tristezas y alegrías, encantos y desencuentros; besos, caricias, abrazos y retos.

"como amor por descifrar, como un Dios en edad de jugar..."

2 comentarios:

locucho dijo...

"Y aparecen nuevas, nuevas y más coloridas miradas" Eso es mágico.

Fiore Muñoz. dijo...

Me gusta muchisimo pero muchisimo (mas de lo que el "muchisimo" expresa) lo de no elegir lo que recordamos, solo que aparece magicamente. me guta me gusta =)