Te despertaste, agitada, en medio de la noche. Gritaste con los ojos cerrados, una, dos veces, y después te diste vuelta, buscándome. Tenías pesadillas, pero no te animaste a levantarme al verme tan profundamente dormido.
Seguiste durmiendo.
A la mañana, cuando me desperté, ya estabas con los ojos abiertos:
-Tuve sueños horribles, y no te levantaste.
-Me hubieses levantado- repliqué, sincero.
Y traté de besarte, para cambiarte esa cara y desearte un buen día, pero sin siquiera dudar me rechazaste y te fuiste, sin ninguna palabra, sin ninguna explicación de por medio. Sin ninguna mirada, que era lo peor.
Volviste al rato y me encontraste de espaldas, al borde del mal humor y nuevos sueños. Recién ahí, dormido, me besaste. Es que el primer beso de la mañana sólo lo dabas después de lavarte los dientes.
Seguiste durmiendo.
A la mañana, cuando me desperté, ya estabas con los ojos abiertos:
-Tuve sueños horribles, y no te levantaste.
-Me hubieses levantado- repliqué, sincero.
Y traté de besarte, para cambiarte esa cara y desearte un buen día, pero sin siquiera dudar me rechazaste y te fuiste, sin ninguna palabra, sin ninguna explicación de por medio. Sin ninguna mirada, que era lo peor.
Volviste al rato y me encontraste de espaldas, al borde del mal humor y nuevos sueños. Recién ahí, dormido, me besaste. Es que el primer beso de la mañana sólo lo dabas después de lavarte los dientes.
Estabas desaparecido, Darío !! ya me estaba preocupando jajaja. Saludoss a vos tmb :)
ResponderEliminarMuy lindo, me sacó una sonrisa, o dos sonrisas, medio cómplices.
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